20 de febrero de 2007

Algo de Drexler

No somos más que una gota de luz, una estrella fugaz, una chispa, tan sólo, en la edad del cielo. No somos lo que quisiéramos ser, solo un breve latir en un silencio antiguo con la edad del cielo. Calma, todo está en calma, deja que el beso dure, deja que el tiempo cure, deja que el alma tenga la misma edad que la edad del cielo. No somos más que un puñado de mar, una broma de Dios, un capricho del Sol del jardín del cielo. No damos pie entre tanto tic tac, entre tanto Big Bang, sólo un grano de sal en el mar del cielo... Vale Una vida lo que un sol Una vida lo que un sol Vale Se aprende en la cuna, se aprende en la cama, se aprende en la puerta de un hospital. Se aprende de golpe, se aprende de a poco y a veces se aprende recién al final. Toda la gloria es nada Toda vida es sagrada Una estrellita de nada en la periferia de una galaxia menor. Una, entre tantos millones y un grano de polvo girando a su alrededor No dejaremos huella, sólo polvo de estrellas. Vale Una vida lo que un sol Una vida lo que un solVale Se aprende en la escuela, se olvida en la guerra, un hijo te vuelve a enseñar. Está en el espejo, está en las trincheras, parece que nadie parece notarlo Toda victoria es nada Toda vida es sagrada Un enjambre de moléculas puestas de acuerdo de forma provisional. Somos un animal prodigioso con la delirante obsesión de querer perdurar. Pero no dejaremos huella, sólo polvo de estrellas.

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